Es curioso que después de tanto tiempo pensando en empezar este blog y con tantas cosas por decir, me encuentre con la sensación de "página en blanco" de ¿por dónde empiezo?. Y es que hace años que pienso, vivo y practico la educación. Más intensamente desde el nacimiento de mi primer hijo, cuando empecé a vivir el proceso desde el principio y no sólo a ver el "producto" que la educación secundaria estaba dejando en mis manos al comienzo de la universidad.
Algunos días tengo la sensación de que las cosas funcionan, de que conecto con los alumnos, de que existen técnicas/escuelas/ideas/tendencias que pueden ayudar a los chavales en el aprendizaje... pero esos días son muchos menos que aquellos en los que pienso que no estamos haciendo bien las cosas. No ya yo como profesora, ni el conjunto de los docentes, ni los padres, ni el gobierno, ni los gobiernos. Es algo peor. Es la concepción de la educación en sí. Es la sensación de que nos estamos dando cabezazos contra una pared y sólo sabemos ir girando la cabeza para ver de qué lado nos duele menos. Pero no nos cuestionamos lo esencial: ¿cómo dejar de golpearnos?
Por poner uno de mis ejemplos favoritos, en España tenemos un complejo, o un problema, o un problema complejo con la enseñanza del inglés. En los últimos 50 años se han aumentado hasta decir basta las horas de clase de inglés; se ha ampliado el rango de edades para cubrir desde las "guarderías bilingües" hasta las clases de inglés en la universidad; se está sacrificando el aprendizaje de otras materias (en la mayoría de los colegios, las Ciencias Naturales) para insistir con el inglés. Y lo triste es que la mayoría de los universitarios sigue sin saber inglés. Ni pueden sostener una conversación, ni pueden seguir una clase en ese idioma, ni leer un párrafo con cierta soltura. Y lo que yo me pregunto viendo esta triste realidad es si vamos a seguir dándonos contra la misma pared cada vez con más fuerza, o si a alguien se le va a ocurrir en algún momento pararse y sentarse a pensar. Mientras tanto, promoción tras promoción, seguimos insistiendo en la misma idea, en la misma solución (aumentar las horas de algo que claramente no está funcionando) y muchos padres -con la mejor de las intenciones, ojo- ¿matriculan a sus hijos en una academia que, en la mayoría de los casos, sólo sirve para darse aún más fuerte contra el muro?
La cuestión es que no tengo tantas respuestas como preguntas. Y que cuando leo libros con respuestas desconfío. Porque esto de la educación me da que es como internet: uno puede encontrar la demostración de que un método es adecuado y también la de que es desaconsejable con sólo buscar en el lugar correcto.
En este blog pretendo ir escribiendo estas y otras muchas reflexiones para:
1) intentar dejar de dar la tabarra con ellas a mi familia, a mis vecinos y a cualquiera que me cruzo por la calle,
2) centralizar las frases que voy subrayando en distintos libros en un sitio donde las pueda encontrar, y
3) recibir gustosamente los comentarios que queráis hacerme.
hola Belen! yo creia que Baturrillo era diminutivo de Baturro( aragonés) y resulta que es sinónimo de batiburrillo.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog, me parece que tienes muchas cosas que aportar. Soy Marta, madre de Silvia y Samuel, hemos coincidido en el Centro Cívico.
ResponderEliminarEstoy contigo en lo de las asignaturas pendientes en educación, madre mía, son infinitas...y lo peor de todo es que no me parecen tan difíciles de solucionar, pero es como si nadie quisiera aplicar soluciones fáciles a problemas difíciles y eso a mi me provoca mucha desidia de verdad.
El tema que comentas del inglés es increíble, la de horas que lo habré yo estudiado y aun no tengo ni idea y en mi afán de que a mi hija no le pase lo mismo me planteo que empiece cuanto antes a aprender inglés, pero ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo y cuanto? y al final la conclusión que he sacado tras darlo una vuelta es que apuntarla una hora o dos a la semana a una academia no le va a hacer aprender inglés. Es una pena no tener solucionado un tema tan fácil, pero es así y de momento seguiremos sintiendo vergüenza cada vez que oigamos hablar inglés a nuestros representantes y por supuesto a nosotros mismos.
Marta: conozco dos iniciativas interesantes con los niños y el inglés en Valladolid y alrededores. Una es por las tardes en Cocoricó y la otra acabo de conocerlos hoy en Tudela de Duero y se llama Downtownschool. Si me entero de más, ya te contaré.
ResponderEliminarhola de nuevo,
ResponderEliminaryo llevo a mi hija a cocoricó, tiene 4 años y si aún no tengo claro si aprende inglés o no lo que tengo muy claro es que va encantada asi que si ella va a gusto a un sitio en el que no hablan su idioma a mi me vale porque no lo ve como algo a lo que por "narices" debe ir (estilo colegio) y creo que eso es más importante que a final de año sepa decir más de 100 palabras en inglés. La otra alternativa la he descubierto hace poco y este fin de semana hay una especie de jornada de puertas abiertas a la que yo asistiré (ver en su web día y hora ahora, no lo recuerdo) Saludos.
Mi hijo estuvo en campamentos de verano 3 semanas en Cocoricó y no había manera de recogerlo. ¡Nunca veía la hora de irse! Yo ya conocía a Lourdes de antes y me ha encantado. De lo del inglés, me parece fundamental que las palabras que aprendan allí tendrán contexto y sentido y pertenecerán a una frase, y no una mera lista de traducciones.
ResponderEliminarLa otra alternativa de la que yo hablaba y que me imagino que es a la que se refiere theluckofthepot es http://www.downtownschool.es/
¿Para cuándo algo más sobre el inglés?
ResponderEliminarGracias