jueves, 14 de noviembre de 2013

Deberes IV

Yo iba a escribir sobre otra cosa, pero me ha picado mi madre cuando le he mandado una foto de mi hijo a las 7 de la mañana acabando los deberes que no hizo ayer. Y va y me dice que si no me quejo de los deberes aquí. Con sorna. Añado que Pedro Ramos, el autor del genial blog http://masideas-menoscuentas.com/ justo hoy me ha mandado este enlace sobre el mismo tema http://politikon.es/2013/11/13/deberes-si-o-no/ Y ya no me he podido resistir. Allá voy. A por mi ¡cuarta! entrada sobre este tema en este blog.

El jueves o el viernes de cada semana, mi costillo y yo recibimos un correo del colegio con la planificación de los deberes, que también aparece pegada en la agenda del chico. Os copio textualmente lo que nos han indicado sobre esa planificación:

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Recomendación sobre las Tareas y cronogramas en línea:

Las tareas tienen el objetivo pedagógico de reafirmar los contenidos estudiados en clase. Por lo tanto, se recomienda realizarlas el día que corresponde y entregarlas el día indicado.

Hay que recordar que muchas veces se dejan tareas con materia nueva que se introducirá durante la semana y si estas se adelantan, el niño posiblemente no sepa que hacer. Hacerlas de forma escalonada permite una mejor asimilación y mejor presentación de las mismas.

El objetivo de facilitarles el cronograma el viernes anterior, no es para adelantar las tareas, sino, para que se orienten en los trabajos durante el transcurso de la semana.

Comité de Evaluación
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Por una parte, podéis ver que el Comité de Evaluación tiene claro el "para qué" son: reafirmar contenidos. También tiene claro que NO son para adelantar contenidos. Además, al tener la planificación hecha con una semana de adelanto, no aparecen deberes de los que se improvisan porque no les dio tiempo en clase.

Eso quiere decir que para hoy, que tiene una fiesta por la tarde, el chaval ha podido adelantar lo que había que entregar mañana y dejar toda la tarde libre.

En la planilla que recibimos tanto el niño como los padres, aparecen columnas para las asignaturas de Inglés, Lengua, Sociales, Ciencias y Matemáticas. No hay deberes de ninguna otra asignatura. Aunque aparecen los 5 días de la semana, el lunes NUNCA se entregan deberes.

En esta semana en concreto están ocupadas 8 casillas de las 25 que hay. De ellas, dos son anotaciones del tipo "Iniciamos proyecto de tal tema", y otra es "Traer una naranja para elaborar un ambientador". De las cinco restantes, dos son avisos de examencillos de los temas que llevan un par de semanas trabajando ("Quiz 2 A y B, Identificaciòn de sujeto y predicado. Pàginas 157-158 y 159."). ¿Cuántas casillas de deberes propiamente dichos me quedan entonces? Pues tres:

1. Completar la página 170 del libro de Estudios Sociales.
2. Leer la página 214 y completar la 215 del libro de Lengua.
y 3. Completar las páginas 649 y 650 del libro de Matemáticas.

En la tarea 1, la mayor dificultad fue convencerle de que cuando le preguntaban que reflexionara sobre la utilidad del proceso industrial del ejemplo (fabricación del chocolate), no valía decir que era para que los niños tuvieran caries, y que por "utilidad" buscaban una respuesta más positiva que "dar de comer a los dentistas".

En la tarea 2, la única parte no obvia fue la de "investiga el significado de las palabras lucero, engalanar y posar", que tuvo que buscar en un diccionario online porque no tenemos en papel.

En la tarea 3, después de unas 8 restas con llevadas, había una con dinero (dólares). ¡Con decimales! ¡Pero si no han visto los decimales! Pero como el libro de mates que tiene está muy bien pensadito, pues el chaval no necesitaba que le recordara nada más que "no te olvides de copiar el punto". Cómo habrá sido de intuitivo el paso, que me decía "pero yo creo que esto ya lo ví yo en España, ¿no?".

Esos son los deberes que tienen los chicos de Segundo de Primaria una semana normal. No hay deberes "para crear rutina", quizás porque el mencionado Comité de Evaluación sí se ha leído los estudios fiables sobre el tema y sabe que es un mito. No hay deberes los lunes, quizás porque saben que los niños, igual que los mayores, también necesitan descansar el fin de semana. Hay deberes de "piensa", de "investiga" y, de este tema en concreto que acabamos de introducir en clase (las llevadas en la resta), "refuerza".

Por todo lo anterior: No, mamá. Aquí no me quejo de los deberes. Dispongo de mis tardes para estar con mis hijos sin hablar el idioma deberes (consistente en recoger al niño preguntando "¿tienes deberes?", merendar diciendo "ahora haces los deberes", y luchar durante un buen rato con "que hagas los deberes de una vez"). En este cole:

1) sé la semana anterior si tiene deberes y para qué día (puedo ayudarlo a que se organice para, p. ej. la fiesta de hoy),
2) le puedo dar margen a que juegue y se desfogue al salir del cole porque sé que siempre es poca cosa
y 3) sea porque él está más motivado o sea porque al ser poca cosa no le da tanta pereza, casi nunca hay problemas para que los haga.

En definitiva, la escena matutina haciendo cuatro cuentas a las 7 de la mañana es únicamente el fruto de 7 horas en el cole, más 3 jugando en la calle, más un rato de ordenador... -¡Qué cansado estoy, mamá! -Pues mañana te levantas antes, anda, deja esas cuatro y vete a dormir.



miércoles, 30 de octubre de 2013

Las nuevas matemáticas

Acabo de ver esta charla que me ha recomendado Yania Crespo (¡gracias!) y creo que no hay frase que no suscriba. (En inglés y sin subtítulos, sorry)

http://www.youtube.com/watch?v=xYONRn3EbYY

jueves, 24 de octubre de 2013

Trabajando por proyectos

Nos hemos mudado a Costa Rica por un tiempo y aún ando aterrizando en los usos y costumbres del colegio nuevo de mis hijos. Para empezar, nos hemos encontrado con que se trabaja por proyectos transversales a todas las asignaturas. Os cuento lo que llevamos visto en este mes pero empiezo ubicando el centro:

El cole es privado y bilingüe, y la zona donde está ubicado es multicultural. En el cole hay una mayoría (he oído decir que el 70 u 80%, pero no sé el dato exacto) de costarricenses -aquí llamados "ticos"- y el resto de niños son de otros países entre los que sé que están Venezuela, Italia, Brasil, España, Guatemala, Medio Oriente y alguno más que me faltará, porque ya digo que la zona es de muchísima mezcla de nacionalidades.

Este mes, el tema central del proyecto de este mes de Octubre ha sido "El país hermano Brasil" y abarca todos los niveles desde preescolar hasta bachillerato.

Durante las primeras semanas de Octubre, los deberes han sido un dolor de cabeza porque estábamos recién llegados, sin conexión a internet y sin impresora. Añado que muy perdidos en esto del trabajo por proyectos, tanto el chaval como nosotros. Dependiendo de la asignatura de la que fueran los deberes, era un tema u otro. Un día había que investigar sobre algún personaje de Brasil (significativo para ellos), como Pelé, Sérgio Mendes, o Ana María Machado. Otro día se trataba de buscar trajes típicos (para la asignatura de arts, porque luego hacían dibujos). Otro día, recetas (y en mates trabajaban las medidas). Otro día, los climas (para Science, Social Studies y mates)... Han oído y bailado en música la canción de "Mas que nada" (S. Mendes), han leído en la clase de Español "La abuelita aventurera" (A.M.Machado) y no sé qué habrán hecho con Pelé... supongo que jugar al fútbol en Educación Física. En el coche, a la salida del cole, van saliendo las biografías: "Mamá: ¿Sabes cuál es el nombre completo de Pelé?", "¿Sabes que hay cuentos de A. M. Machado en la colección Barco de Vapor?", y tarareando todo el día el "Mas que nada". Pasado el empujón inicial de búsqueda de información, los deberes (de cuya cantidad y calidad hablaré otro día, no lo dudéis ;) han sido más "normales". La última semana la están dedicando a las exposiciones de los proyectos en clase, por lo que trae algún texto a memorizar para la exposición. Antes de empezar la exposición, se hace una lista de los chicos que no se saben su texto. Cuando me lo contó, inmediatamente pensé que era para regañarles, o poner una nota en la agenda, o qué sé yo. La explicación del niño fue: "Es que, si no se lo saben bien, el resto del grupo se perdería. ¿Quién les cuenta si no ese trozo? Con esa lista, la profe sabe qué trozos tiene que contar ella."

El martes a las 7 de la tarde (a una hora en la que los padres podían ir, mirusté qué detalle) hubo una "Noche cultural". En el gimnasio del colegio pusieron sillas y los de secundaria hicieron una función. Supongo que el hecho de hacer exposiciones públicas cada mes les quita mucha tontería. O quizás sea una cuestión cultural. Luego profundizo en esto. Pero ahí salió una chavalina de unos 16 años en el centro del escenario a cantar en brasileño la mar de bien y sin el típico "AyTíaQuéCorteQuéCorte". La acompañaba a la guitarra otro chaval que luego se marcó un solo sin complejos tampoco. La presentadora del acto se había preparado TODO en portugués, asesorada por una madre del cole que es brasileña y, sin yo tener ni idea de portugués, aquello me sonaba la mar de parecido a la versión original :) Luego hubo un típico bailecito... pero no tan típico. Entiendo que el trabajo previo incluía que cada cual iba a hacer aquello que mejor sabía hacer. Seis chicas, que se veían un tanto tímidas y claramente arrítmicas, sostenían unas marionetas de animales de Brasil. El resto del grupo de chicas bailaba samba. En el centro del grupo, un único chaval. Pantalón blanco y pecho descubierto. Con un ritmazo caribeño impresionante. De nuevo con seguridad en sí mismo y como si todos los días fuera el centro de atención. Quedaban 3 chicos en la esquina... y también salieron. Pero estos a hacer una exhibición de Capoeira. Y la mar de bien también.

Perdonad lo prolijo de la descripción de la función, pero me llamó poderosamente la atención la seguridad con la que todos actuaban. Sin la pavería propia de la edad. Me da por pensar que ahí no se había dejado nada al azar: Cada uno había salido a hacer algo que sabía, podía y quería hacer, y por eso estaba funcionando aquello. Pongo ese ingrediente junto con las exposiciones de las que me habla mi hijo que hacen desde los 7 años y la suma es: gente que a los 16 sabe ponerse delante de un público mirándolo de frente. Y (aunque ya sabemos que las comparaciones son odiosas) no puedo evitar pensar en todas las funciones de colegio que he visto en España: los niños cantan y bailan. Y esta función que he visto aquí me hace pensar en aquellos a los que se pone en la última fila o en un ladito porque ni cantan ni bailan... ni quieren cantar ni bailar. Porque lo que saben que hacen bien es otra cosa. Que seguramente se podría hilar con la función. Y una ocasión de aprender a estar delante de un público con seguridad y aplomo se desaprovecha. Y luego vienen los "AyTíaQuéCorteQuéCorte" que me encuentro en los ensayos de la exposición de los Proyecto de fin de carrera. Con 23 añitos y muertos de la vergüenza sin saber qué hacer con las manos.

El proyecto de Brasil acaba esta semana. Este viernes tienen el día de la ONU en el que participan todos los niños del colegio (sin show para los padres). Cada curso interviene de alguna manera como curso. Desde la lambada, hasta leyendas de Brasil y Costa Rica, y colonizadores portugueses y africanos. Todos los "güiris" participan además en un desfile de naciones. Mis dos peques van en la delegación española (creo que un total de 9 chavales). Para la una me han prestado una falda rociera. El otro lleva la camiseta de su traje del Madrid y una banderita española que me encontré por casa y eché en la maleta en un momento de inspiración, recordando cuando vivimos en USA y el mayor sólo reconocía la bandera americana y no tenía más presidente que Obama.

Acabo diciendo que, si bien el trabajo por proyectos se usa en algunos colegios españoles en preescolar, en Primaria y, no digamos en Secundaria o Bachillerato, es una cosa mucho más anecdótica y pocas veces extendido transversalmente a todas las áreas. Conozco incluso una experiencia en un colegio de Valladolid donde los propios padres fueron los primeros retractores por miedo a que no se cubrieran "los contenidos" del curso. Sin prestar atención a "las competencias" a adquirir por los chavales. Es evidente que es un curro para los docentes que desde preescolar hasta bachillerato, en todas las materias, se trabaje un mismo tema. Es evidente que exige coordinación entre los profesores. Es evidente que no está explicado cómo hacerlo en el libro del profesor de la editorial Santillana. Y que puede que alguna página del libro de los chicos quede por hacer. Pero ¿no aprendieron sobre unidades de medida haciendo las recetas? ¿y sobre geografía? ¿historia? ¿música? ¿ciencias? ¿búsqueda de información? ¿lectura comprensiva?...

Trabajando por proyectos

Nos hemos mudado a Costa Rica por un tiempo y aún ando aterrizando en los usos y costumbres del colegio nuevo de mis hijos. Para empezar, nos hemos encontrado con que se trabaja por proyectos transversales a todas las asignaturas. Os cuento lo que llevamos visto en este mes pero empiezo ubicando el centro:

El cole es privado y bilingüe, y la zona donde está ubicado es multicultural. En el cole hay una mayoría (he oído decir que el 70 u 80%, pero no sé el dato exacto) de costarricenses -aquí llamados "ticos"- y el resto de niños son de otros países entre los que sé que están Venezuela, Italia, Brasil, España, Guatemala, Medio Oriente y alguno más que me faltará, porque ya digo que la zona es de muchísima mezcla de nacionalidades.

Este mes, el tema central del proyecto de este mes de Octubre ha sido "El país hermano Brasil" y abarca todos los niveles desde preescolar hasta bachillerato.

Durante las primeras semanas de Octubre, los deberes han sido un dolor de cabeza porque estábamos recién llegados, sin conexión a internet y sin impresora. Añado que muy perdidos en esto del trabajo por proyectos, tanto el chaval como nosotros. Dependiendo de la asignatura de la que fueran los deberes, era un tema u otro. Un día había que investigar sobre algún personaje de Brasil (significativo para ellos), como Pelé, Sérgio Mendes, o Ana María Machado. Otro día se trataba de buscar trajes típicos (para la asignatura de arts, porque luego hacían dibujos). Otro día, recetas (y en mates trabajaban las medidas). Otro día, los climas (para Science, Social Studies y mates)... Han oído y bailado en música la canción de "Mas que nada" (S. Mendes), han leído en la clase de Español "La abuelita aventurera" (A.M.Machado) y no sé qué habrán hecho con Pelé... supongo que jugar al fútbol en Educación Física. En el coche, a la salida del cole, van saliendo las biografías: "Mamá: ¿Sabes cuál es el nombre completo de Pelé?", "¿Sabes que hay cuentos de A. M. Machado en la colección Barco de Vapor?", y tarareando todo el día el "Mas que nada". Pasado el empujón inicial de búsqueda de información, los deberes (de cuya cantidad y calidad hablaré otro día, no lo dudéis ;) han sido más "normales". La última semana la están dedicando a las exposiciones de los proyectos en clase, por lo que trae algún texto a memorizar para la exposición. Antes de empezar la exposición, se hace una lista de los chicos que no se saben su texto. Cuando me lo contó, inmediatamente pensé que era para regañarles, o poner una nota en la agenda, o qué sé yo. La explicación del niño fue: "Es que, si no se lo saben bien, el resto del grupo se perdería. ¿Quién les cuenta si no ese trozo? Con esa lista, la profe sabe qué trozos tiene que contar ella."

El martes a las 7 de la tarde (a una hora en la que los padres podían ir, mirusté qué detalle) hubo una "Noche cultural". En el gimnasio del colegio pusieron sillas y los de secundaria hicieron una función. Supongo que el hecho de hacer exposiciones públicas cada mes les quita mucha tontería. O quizás sea una cuestión cultural. Luego profundizo en esto. Pero ahí salió una chavalina de unos 16 años en el centro del escenario a cantar en brasileño la mar de bien y sin el típico "AyTíaQuéCorteQuéCorte". La acompañaba a la guitarra otro chaval que luego se marcó un solo sin complejos tampoco. La presentadora del acto se había preparado TODO en portugués, asesorada por una madre del cole que es brasileña y, sin yo tener ni idea de portugués, aquello me sonaba la mar de parecido a la versión original :) Luego hubo un típico bailecito... pero no tan típico. Entiendo que el trabajo previo incluía que cada cual iba a hacer aquello que mejor sabía hacer. Seis chicas, que se veían un tanto tímidas y claramente arrítmicas, sostenían unas marionetas de animales de Brasil. El resto del grupo de chicas bailaba samba. En el centro del grupo, un único chaval. Pantalón blanco y pecho descubierto. Con un ritmazo caribeño impresionante. De nuevo con seguridad en sí mismo y como si todos los días fuera el centro de atención. Quedaban 3 chicos en la esquina... y también salieron. Pero estos a hacer una exhibición de Capoeira. Y la mar de bien también.

Perdonad lo prolijo de la descripción de la función, pero me llamó poderosamente la atención la seguridad con la que todos actuaban. Sin la pavería propia de la edad. Me da por pensar que ahí no se había dejado nada al azar: Cada uno había salido a hacer algo que sabía, podía y quería hacer, y por eso estaba funcionando aquello. Pongo ese ingrediente junto con las exposiciones de las que me habla mi hijo que hacen desde los 7 años y la suma es: gente que a los 16 sabe ponerse delante de un público mirándolo de frente. Y (aunque ya sabemos que las comparaciones son odiosas) no puedo evitar pensar en todas las funciones de colegio que he visto en España: los niños cantan y bailan. Y esta función que he visto aquí me hace pensar en aquellos a los que se pone en la última fila o en un ladito porque ni cantan ni bailan... ni quieren cantar ni bailar. Porque lo que saben que hacen bien es otra cosa. Que seguramente se podría hilar con la función. Y una ocasión de aprender a estar delante de un público con seguridad y aplomo se desaprovecha. Y luego vienen los "AyTíaQuéCorteQuéCorte" que me encuentro en los ensayos de la exposición de los Proyecto de fin de carrera. Con 23 añitos y muertos de la vergüenza sin saber qué hacer con las manos.

El proyecto de Brasil acaba esta semana. Este viernes tienen el día de la ONU en el que participan todos los niños del colegio (sin show para los padres). Cada curso interviene de alguna manera como curso. Desde la lambada, hasta leyendas de Brasil y Costa Rica, y colonizadores portugueses y africanos. Todos los "güiris" participan además en un desfile de naciones. Mis dos peques van en la delegación española (creo que un total de 9 chavales). Para la una me han prestado una falda rociera. El otro lleva la camiseta de su traje del Madrid y una banderita española que me encontré por casa y eché en la maleta en un momento de inspiración, recordando cuando vivimos en USA y el mayor sólo reconocía la bandera americana y no tenía más presidente que Obama.

Acabo diciendo que, si bien el trabajo por proyectos se usa en algunos colegios españoles en preescolar, en Primaria y, no digamos en Secundaria o Bachillerato, es una cosa mucho más anecdótica y pocas veces extendido transversalmente a todas las áreas. Conozco incluso una experiencia en un colegio de Valladolid donde los propios padres fueron los primeros retractores por miedo a que no se cubrieran "los contenidos" del curso. Sin prestar atención a "las competencias" a adquirir por los chavales. Es evidente que es un curro para los docentes que desde preescolar hasta bachillerato, en todas las materias, se trabaje un mismo tema. Es evidente que exige coordinación entre los profesores. Es evidente que no está explicado cómo hacerlo en el libro del profesor de la editorial Santillana. Y que puede que alguna página del libro de los chicos quede por hacer. Pero ¿no aprendieron sobre unidades de medida haciendo las recetas? ¿y sobre geografía? ¿historia? ¿música? ¿ciencias? ¿búsqueda de información? ¿lectura comprensiva?...

viernes, 2 de agosto de 2013

Empanada matemática

Ayer, estaba mi sobrina de 9 años (ha acabado 4o de Primaria) haciendo unos problemas de matemáticas de los deberes de verano. Mi madre le regañaba por su prisa en "adivinar" qué operación hacer con los datos. "¡Pero entiende primero qué quiere decir el enunciado!".

Cogí el relevo con la cría y descubrí que si yo leía en lugar de 148 euros, 4 euros y, en lugar de 27 estuches, 2 estuches, entonces su intuición era correcta. De hecho, le parecían todos los problemas fáciles. (Me encantaría que Pedro, en su fantástico blog Más ideas, menos cuentas, me explicara el motivo de este desajuste.)

Además de hacer esta lectura previa con números más pequeños, me dediqué a contarle cómo resolvería yo los mismos problemas de manera diferente cuando ella había acabado el proceso "esperado" por los señores del Cuadernillo Rubio de problemas. Por ejemplo, había uno de 135 euros con los que se compraban sellos de 50 céntimos. Entre el cambio de unidades y la división (en la que, por supuesto, no pensó en simplificar los ceros), tenía un lío que no cabía en el hueco que el libro dejaba para resolverlo. Cuando terminó, le pregunté cuántos sellos compraría con un euro. No dudó en decir que 2. -"¿Y con 3 euros?" - "Pues 6." - "¿Y con 135?" -... [se ayuda del papel] "¡¡¡270!!!". También había un dibujo con 8 cestas y 16 panes (agrupados de 4 en 4). La pregunta era que cuántos panes había que poner en cada cesta. Por supuesto, contó los 16 panes, las 8 cestas y dividió. Yo le hice ver que dos grupos de 4 hacían tantos panes como cestas. Hice dos conjuntos que cogían cada uno 8 panes y le expliqué que cada conjunto daba para un pan en cada cesta. Pensé que ahora ya era obvio que no hacía falta operación alguna. Su respuesta me sorprendió: "Dos por ocho son 16, y 16 entre 8... pues 2". Me costó un poco más sacarla de la rutina de operar, operar y operar, pero conseguí finalmente que viera que no era necesario hacer ninguna cuenta más que eso, contar.

Por la noche comentaba con alguien que yo le había ayudado con los deberes de mates. Y decía sorprendida: "Pero no parecían deberes. ¡Parecía que estábamos jugando!" Y yo pensaba para mis adentros que qué pena que las mates no sean siempre un juego de razonar, de pensar, de imaginar, de crear.

(En este momento, está sentada a mi lado esperando a que acabe de escribir esta entrada para que la ayude con sus deberes de mates. Creo que hasta le apetece hacerlos :)






sábado, 13 de julio de 2013

Como opinar es gratis...

Cuando mi hijo tenía 4 años viajó solo con su primo de 10 años desde Valladolid hasta Córdoba en tren. Como nuestro fantástico sistema de AVE no conecta en Madrid, buscamos a una cuñada que se encargó de recoger a la pareja del AVE en Chamartín y dejarla en el siguiente AVE en Atocha. Hubo algún "que-sí-que-no" con el interventor del segundo tren, que decía que llevaban el servicio de "menor no acompañado" pero sólo en uno de los tramos o ya no me acuerdo cuál era su pega, pero casi me los dejan a los dos allí en Madrid. Al final se resolvió.

Pero esto es un blog de educación, así que no creo que estés leyendo esta entrada para que yo te cuente mis problemas con el AVE. Voy a donde iba:

Días antes de ese viaje tuvimos un cumpleaños de uno de los amigos del niño y recuerdo cómo me llamaban intrépida (y pensaban "malamadre") algunas de las madres de aquellos niños de 4 años que jugaban y saltaban por allí. Yo, miraba a mi alrededor y de algunos de ellos pensaba "es que yo al tuyo no lo mandaría". Como ese que golpeaba el cristal de la puerta con una raqueta de tenis mientras se partía de la risa. Al imaginármelo solo en un tren, me daba algo. Yo sabía que mi hijo se iba a sentar en su sitio junto a su primo, que iban a comerse las chuches y las galletas, que iban a echar un vistazo a los libros (comprados nuevos y entregados por sorpresa para que durasen más),... vamos, que yo sabía que nadie se iba a enterar de que en ese vagón había dos niños solos. Y así fue. Mi hijo llamó excitadísimo desde Córdoba diciendo "mamá: lo hice todo perfecto". Ese día creció un año.

El año pasado lo llevamos hasta Madrid y sólo hizo el tramo Madrid-Córdoba. Con 5 años, sin primo y sin cuñada, no podíamos resolver el problema del empalme Chamartín-Atocha. De nuevo, llamada orgullosa desde Córdoba porque esta vez había sido solo-solo y "mamá: lo hice todo perfecto". No dudo que sólo su vecino de asiento (con quien me contó que había charlado un rato) supo que allí viajaba un niño solo.

Acabo de llamar a Renfe para comprar el billete. La señora dice que el sistema está bloqueado, pero que me confirma que hay 60 plazas en el tren que quiero. Le insisto en que, como es menor no acompañado, necesito saber cuántas de ese tipo le quedan (creo que son 4 por tren). Y, sin comerlo ni beberlo, cuando digo que el niño tiene 6 años, me dice que debería acompañarlo un adulto, que es imprudente (¡IMPRUDENTE!) mandar a un niño tan pequeño solo. He respirado hondo. Me he mordido la lengua hasta sangrar. He descartado las primeras veinte cosas que pasaban por mi cabeza. Sin cambiar de tono, le he dicho que cada uno sabe lo que tiene en casa y sabe si puede o no mandar a un niño con o sin acompañante en un tren. Como el sistema estaba bloqueado, no sé si hay plazas o no, no he podido comprar el billete,... y me he sentido insultada.

Total, como opinar es gratis...


lunes, 29 de abril de 2013

Sobre la libre elección de centro

Se supone que los padres pueden elegir libremente el centro en el que desean escolarizar a sus hijos. Digo "se supone" porque cada Comunidad Autónoma regula el proceso según le parece y entre zonas, puntos, distritos y sorteos, la realidad es algo más parecido a "diga usted lo que quiera, que yo le daré el que quiera yo".

Ha sido muy controvertida en Valladolid, por ejemplo, la aparición este curso de la zona única. Me han llamado especialmente la atención las críticas en la línea de que esta unificación crearía centros de élite y centros de segunda división, dando por supuesto que la gente "de pudientes" solicitaría los tradicionales concertados o algún público de más renombre y, no sé por qué extraño motivo, suponían que sólo entrarían estos. No he oído a nadie abogar por cómo esta apertura de zonas facilitaría a los niños de zonas más deprimidas asistir a un centro de esos de renombre. Como si los baremos no fueran públicos y no existieran justamente unos puntos por renta... pero ¡por escasez de renta y no lo contrario!

En cualquier caso, aparte del renombre y la tradición, los datos de los que una familia normal dispone para elegir centro son realmente tristes. Incluso mirando los dípticos y las páginas web de los centros, las informaciones de las que tirar son: ubicación y horarios. Es algo así como que uno debe elegir el colegio que mejor se ajuste a su logística. Y le cuentan si tienen abierto desde las 7 de la mañana, y si tienen comedor de tal a cual, y si hay extraescolares hasta las pascual y permanencia hasta las mil. Algunas veces, hablan de lo que hacen el día del libro, o de la virgen, o de una excursión. Si las instalaciones son nuevas o bonitas, un par de fotos del gimnasio. Y los que tienen bachillerato, presumen de su 99 ó 100% de aprobados en Selectividad (sí, siempre es 99 ó 100%).

En esta búsqueda andaba yo cuando ví que, incluso si te entrevistas con el director personalmente, el discurso que trae más preparado es ese mismo, el que yo resumo en "la logística". En algún centro le han dicho a una amiga que "en la cuestión educativa, este centro es esencialmente como todos". Y lo cierto es que es bastante acertado el dictamen: uno tras otro, queda la sensación de que todos tienen un sistema similar, un profesorado similar, unos recursos similares... ¿de qué me sirve entonces poder elegir? Como padre, igual que todos los padres, sé que mi hijo no es "similar" al resto, que tiene sus gustos, sus maneras, sus retos. Sé cuál es la motivación que hará saltar la chispa en mis hijos y sé que es distinta entre ellos, y distinta a la del vecino, y a la del otro vecino. Si los niños no son todos similares, ¿por qué los centros sí?

Lo peor es que no creo que sean tan tan tan similares, sino que hacemos también un esfuerzo porque lo parezcan. Si yo pudiera, antes de empezar el periodo de solicitudes, obligaría a los centros a publicar datos. Muchos datos. Por poner unos cuantos ejemplos:
  • Tipo de enseñanza (libros de texto / proyectos / mixto)
  • Materias prioritarias (lengua-mates / inglés / música / otras) -- y no vale marcar más de una --
  • Si hay sección bilingüe o el centro dice ser bilingüe, número de profesores nativos y nivel de inglés de los que no lo son.
  • Horas de deberes que una encuesta (fiable) determina que tienen en cada curso
  • Número de profesores que han pedido traslado a otro centro en los últimos 5 años
  • Número de alumnos que han pedido traslado a otro centro en los últimos 5 años
  • Número de alumnos con necesidades educativas especiales y número de profesores que atienden esas necesidades
  • Resultados en pruebas estandarizadas. Este es bien controvertido, pero me explico: Digamos que me dicen que tienen un fantástico equipo de baloncesto pero que no me van a enseñar la vitrina con todos los trofeos que han ganado. Porque claro, si me la enseñan, están discriminando a los centros que no tienen un equipo igual de bueno. ¿A que sería raro? De hecho, todos los coles que son buenos en deporte, tienen esta vitrina en la sala/pasillo donde los futuros clientes pueden verlo. Pues bien, si usted me dice que va a enseñar a mi hijo tal o cual cosa, yo quiero saber si usted lo va a hacer mejor o peor que otros. Y una prueba estandarizada no me va a dar EL dato, pero me va a dar UN dato. Como cliente, un dato más y muy valioso.

En la entrevista personal con el director, centraría la conversación únicamente en cómo es el niño, cómo es su familia, cómo es el colegio y si unos y otros, en su singularidad, se pueden adaptar a convivir durante 9 (Infantil+Primaria), 13 (+Secundaria), o 15 (+Bachillerato) años juntos. Que se dice pronto.

Y si todo esto me conviene y me convence, señores, entonces veré si el precio de la "aportación voluntaria" me convence. Y entonces miraré si puedo o no compaginar la logística familiar. Y miraré si las extraescolares le molan al chaval. Y si necesito o no programa de madrugadores. Pero mi decisión tiene que ir de lo que quiero para mi hijo, a lo que mi logística me permite.

domingo, 17 de marzo de 2013

¿Educación diferenciada o sexismo?

El tema que me ocupa hoy es uno del que aún no tengo una opinión definida: La educación diferenciada.

Como tantos otros de mi generación, fui a un colegio de educación diferenciada hasta los 14 años. No lo viví de manera traumática. No tuve problemas para relacionarme con amigos y primos en toda esa etapa, ni para pasar en el instituto a un aula mixta. Pero este es mi caso particular y a nadie le interesa, perdonad.

He leído estudios y artículos defendiendo la educación mixta, y he leído también sobre las ventajas de la educación diferenciada. En ambos hay puntos que me gustan, que entiendo y que mi sentido común  me dice que son muy razonables. Veo que se puede aprovechar la diferenciación para adaptarse a los distintos ritmos de maduración. Veo que se pueden evitar actitudes en el aula provenientes del "pavo incipiente" cuando nadie del otro sexo me está viendo. Y, por otra parte, veo que una convivencia sana entre ambos sexos se consigue justo con esa convivencia, no evitándola. No sé si en esta indefinición, mi modelo sería una mezcla donde, igual que ellos hacen de manera natural en el patio, se les separase sólo en algunas actividades o sólo en algunos momentos de su desarrollo, para sacar partido a las ventajas de ambos modelos.

Si te preguntas si estoy escribiendo esta entrada para contar un "sólo sé que no sé nada", la verdad es que no. Que vengo otra vez a desahogarme: Ayer estuve escuchando a un profesor de secundaria con mucha experiencia hacer una defensa de la educación diferenciada que, hasta a mi que ya digo que tengo mis dudas, me hizo poner los pelos de punta. Comenzó hablando de cómo el corregir una redacción de, pongamos, Pepe justo después de la de, pongamos, Silvia, perjudica enormemente a Pepe, que es desordenado y tiene mala caligrafía y no usa lápices de colores. Mi costillo, que tiene los apuntes de la carrera limpios, con una caligrafía perfecta y subrayados con colores, se revolvía en el asiento. Y yo sólo me preguntaba: ¿en un colegio de sólo chicos no les piden que sean limpios y ordenados en sus trabajos? Pero todavía no había llegado mi parte, la del ejemplo en el que Silvia sale perjudicada por estar en un aula mixta. Este ejemplo fue -creedme- el siguiente: Y vas a un aula a contar ecuaciones por primera vez. Y las chicas te miran perdidas. Y dices, "Pepe, ¿me has entendido?". Y Pepe dice: "¡A la primera!". Ahora era yo la que se revolvía en la silla y tuvo que salir a por una botella de agua. Volví a la sala, lo reconozco. Y en el turno de preguntas le dí una segunda oportunidad que, esta vez aprovechó mejor, para argumentar sobre la educación diferenciada.

Me quedo pensando qué pasa cuando un profesor espera de sus alumnas que no entiendan las matemáticas (que no son pocos), o qué pasa cuando un profesor espera de sus alumnos que sean sucios en sus trabajos (que no son pocos). Las expectativas que un profesor tiene de un alumno, igual que las de los padres, tienden a cumplirse. De manera implícita o inconsciente les marcamos un camino: "eres un trasto", o "qué bien te portas", o "esto no lo entenderás", o "qué trabajador eres". Todos nuestros juicios, expresados delante de ellos o no, tienden a hacerse realidad en mayor o menor medida. ¡Y cuánto daño pueden hacer los juicios que este señor se atrevía a hacer sin disimulo delante de la audiencia! La cosa es que, tanto en educación diferenciada como en mixta, te puedes encontrar este perfil, con lo que me queda sólo la anécdota, la reflexión y la duda: ¿Diferenciada? ¿Mixta?

viernes, 18 de enero de 2013

Cuando el profesor copia

Como os conté en esta entrada, estoy dando clase en un Máster de Profesor de Secundaria. En los años que lo llevo impartiendo, es una de esas asignaturas que das con gusto, con ilusión, con mucho esfuerzo y con mucho disfrute. Este año, los alumnos tienen un corte diferente a los años anteriores tanto en su formación inicial (menos ingenieros, más arquitectos), como en el rango de edad (bastante más mayorcitos), como en los motivos de llegar a este máster (más la crisis que la vocación docente). Sumemos a eso que esta asignatura, que es optativa, ha recibido las matrículas que en secretaría decidieron (al menos eso me han contado los matriculados, que afirman que la secretaria les iba diciendo "tú a esta", "tú a aquella" ¿?). Así las cosas, este curso se planteaba bien diferente.

La asignatura está muy orientada a contenidos formales. Son cuatro temas bastante técnicos con los fundamentos de la informática. Teniendo en cuenta que sólo hay un ingeniero, he reestructurado respecto a años anteriores y he trabado en las clases más el contenido formal, a la vez que seguíamos trabajando la parte más crítica de en qué debería consistir la alfabetización digital de los chavales. Es decir, el currículum nos dice que hay que contar dónde está la negrita en el Word (sí, lamentablemente, eso es un tema de Informática según la mayoría de los libros). Nosotros, con información y criterio, ¿qué creemos realmente que habría que contar y cómo?

Por poner ejemplos, he tenido alguna sesión en la que he contado en pizarra el modelo de arquitectura de un ordenador, y también he tenido una sesión en la que han programado un robot de LegoWeDo. Sí, los arquitectos. En menos de 2h, ellos solitos han sido capaces de montar un robot de Lego, enchufarlo a un ordenador, y hacer que se moviera. Y cuando digo solitos, digo que había preparado el terreno enseñándoles algo de programación en sesiones anteriores y que ese día, puse las piezas encima de la mesa y les dejé jugar y avanzar y los fui encaminando muy discretamente hasta que ellos mismos se sorprendieron de que fueran capaces de hacerlo.

Como la mitad de las sesiones son "virtuales" (no suceden en el aula, sino que lo hacemos de manera remota cada cual cuando puede viendo vídeos, discutiéndolos, provocando debates, etc), el trabajo de preparar estas clases, tanto las presenciales como las otras, es bastante grande. Pero eso, un reto y un disfrute. Entre otras cosas, sufro constantemente la tensión de dar clase sobre cómo dar clase, que se ve uno todo el tiempo agobiado por dar una buena clase, no vayan a decir lo de "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago".

Expuestas mis miserias, os cuento por qué hoy necesito este desahogo: Han copiado. Sí. Todos menos uno. Seis de los siete alumnos del Máster de Profesor de Secundaria han copiado.

Uno de los temas de los que habíamos estado debatiendo en clase era la dificultad para los profesores en la era de internet para mandar trabajos. Conozco un profe de secundaria que pide los trabajos a mano para que, al menos, los chavales lean lo que ponen en los trabajos que entregan porque, si no, se limitan a copiar tal cual lo que encuentran en la red. Una de las cosas que dijimos criticando esta actitud, fue que no se vale seguir poniendo los trabajos que se ponían en el S.XX: "La revolución francesa", "La prehistoria", o "El baloncesto". En el S. XX, uno iba a la biblioteca, buscaba una enciclopedia, encontraba la letra correcta, miraba la entrada y copiaba lo que encontraba saltándose las palabras excesivamente complicadas. A veces, incluso buscaba esas palabras en el diccionario porque la enciclopedia era difícil de entender. Bien. Misión cumplida. Había aprendido a buscar información. En este momento, tenemos enciclopedias con un lenguaje mucho más accesible a toque de ratón, así como miles de estudiantes que, generosamente, cuelgan sus trabajos sobre la revolución francesa en la web para uso y disfrute del que quiera verlo. Obviamente (al menos para mi), los trabajos del S. XXI no pueden ir orientados a la búsqueda de información porque es una competencia que, en secundaria ya deberían tener más que adquirida. Para mi, los trabajos deberían ser algo del tipo "¿Cuáles fueron los motivos de la revolución francesa y cuáles de esos factores se dan en España en la actualidad? Encuentra los paralelismos y discute blablabla". Ahora, si quieres, me copias de la Wikipedia los motivos (poniendo la referencia, porfa), y te buscas la vida para ver cómo hilas esto con la actualidad Española. Dado que buscar información es trivial en el S. XXI, aprovechemos que tenemos ordenadores y todo internet para seleccionar, procesar y criticar la información que hemos encontrado.

En estas estaba yo, cuando propuse a mis alumnos del Máster que hicieran un trabajo sobre la alfabetización digital de los chavales, discutiendo cuáles de los cuatro temas que tenemos en la asignatura creían que había que incluir en los currícula, hasta qué nivel de profundidad habría que verlos, y cuáles eran los temas que faltaban y creían necesario incluir para esa alfabetización digital.

La verdad es que, a mi, me parece un tema chulo, que da mucho de sí, y que mide a mi entender la madurez para, como profesor, saber qué tema doy "de puntillas" (Ej. dónde está la negrita en el Word2007) y qué tema elijo para intensificar y poner un trabajito y debatir en clase (Ej. Seguridad en internet, redes sociales y ciber acoso). Pero eso es mi opinión, que hasta de lo adecuado del trabajo dudo ya.

Ayer seis de mis siete alumnos me han demostrado que no quieren trabajar en el S. XXI, y han convertido el trabajo en un corta-pega de la entrada de la wikipedia de la revolución francesa (sin citarla, por supuesto, que el trabajo no llevaba el apartado de bibliografía). Efectivamente, no responde al enunciado. Pero eso ya es lo que menos me preocupa. Lo que me preocupa es la ética de estos futuros profesores de secundaria que, algún día, pedirán a sus alumnos que entreguen sus trabajos a mano. Porque cree el ladrón... Y porque no se han dado cuenta (y llevan 6 meses de Máster de Profesor), que lo que ellos vivieron hace 20 o 30 años, era la docencia del siglo pasado, con los medios del siglo pasado, para los trabajos del siglo pasado, para los ciudadanos del siglo pasado. Porque lo que quieren es un título que les permita ir a una oposición y, aunque no les guste su día a día, les dé para comer. Y si para ello tengo que copiar, pues copio.

Muy triste.


Enblace a artículo sobre los deberes

Sólo me da tiempo a recomendar este enlace sobre los deberes:

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/17/actualidad/1358445608_550169.html