sábado, 29 de enero de 2011

Andamiaje en la educación

He estado últimamente leyendo cosas sobre Vygotsky (1896-1934), un psicólogo ruso muy prolífico y que dijo cosas muy interesantes que ahora, casi un siglo después, andan redescubriendo por USA. Una de las ideas que más me están gustando es la ZPD y el andamiaje. Se trata de distinguir entre lo que un alumno es capaz de hacer por sí mismo de aquello que sería capaz de hacer con ayuda. Denomina ZPD (Zone of Proximal Development) a la distancia entre estas dos cosas. De ahí, surgió el concepto del andamiaje, refiriéndose a esas ayudas que se necesitan hasta que el alumno es independiente.

En el libro que estaba mirando hablan de ejemplos de andamios que se pueden poner en distintas tareas. Por ejemplo, cuando se trata de que un niño repita una historia que le han contado, puede hacerse sus dibujos o sus anotaciones para recordar la secuencia. Cuando aprende a sumar, se puede apoyar en el conteo con los dedos. Cuando aprende a escribir su nombre, se le puede dar una tarjeta para que lo copie. Cuando intenta continuar una serie, se le puede cantar "círculo-cuadrado-círculo-cuadrado". Y así. Hasta ahí, pues todo suena familiar y lo hacemos de manera natural con los niños. La parte que más me está dando que pensar es cuando hablan de la importancia de quitar el andamiaje en cuanto sea posible. Si mantenemos el conteo con los dedos o cantamos siempre la secuencia nosotros, estamos frenando ese paso de algo que se sabe hacer con ayuda, a algo que se hace de manera independiente. En el libro dan ideas (fundamentalmente orientadas a usar en clase, pero muchas valen para casa también) de cómo retirar esos andamios y cómo sustituirlos, cuando no es posible quitarlos todavía, por andamios cada vez más ligeros. Siguiendo con el ejemplo de las series, los pasos podrían ser: Cantar nosotros la serie -> pedir que canten la serie -> pedir que pongan el lápiz sobre cada elemento "pensando" la palabra -> hazlotúsólo.

Desde que empecé a darle vueltas a estas cosas, voy por la calle y por el parque y por mi propia casa buscando andamios excesivos. Y los encuentro a montones (en casa también, claro). Y desde que presto oídos al tema, no paro de escuchar a niños que gritan que les quiten los andamios y que piden abrir la puerta del coche, y que quieren subir a un tobogán más alto, y que quieren elegir su propia ropa. Es mucho más rápido abrir la puerta nosotros mismos. Y da cosilla en el estómago que se suban tan alto. Y algunas veces querríamos poner un cartel a la espalda que dijera "hoy se vistió él" para que la vecina no piense que nos volvimos daltónicos o hippies. Pero cuando uno quita los andamios y ve que el edificio sigue en pie, entonces es cuando realmente hizo su misión como educador. Porque tan importante es saber qué andamio poner, como qué andamio quitar.

1 comentario:

  1. Muy buena metáfora. Pensaremos en ello, seguro que podemos retirar o aligerar algun otro andamio.

    ResponderEliminar