En nuestra búsqueda de cole para los niños, en los últimos 2 años hemos estado en 4 presentaciones/puertas abiertas de colegios y/o guarderías. Ayer fue una de ellas. Se presentaba en Valladolid el Colegio Británico St. George, que quieren abrir el próximo curso (2011-2012).
El Director General Educativo, encargado de marcar las líneas educativas de todos los colegios del grupo y de la selección de personal (entre otras tareas), hizo un discurso sobre qué entendía el sistema británico por educación y qué entendía él personalmente por educación y cuáles eran las diferencias con es sistema español. Habló de que la educación no es una mera transferencia de conocimiento y de cómo el sistema británico es muy experimental. Habló de que las clases de matemáticas no están llenas de números, sino de objetos que se manipulan para afianzar el concepto y no la mecánica. Habló de que la historia es una sucesión de hechos motivados. Habló del teatro y del desarrollo de la creatividad. Argumentó que, en cada clase de 25 alumnos, hay siempre tres grupos con ritmos diferenciados y que no se puede atender sólo al grupo central, por lo que los otros dos necesitan apoyos. Habló de cómo niños diferentes necesitan enfoques diferentes y hay que probar cuál es el más adecuado para cada uno... Un discurso que me gustó mucho y con el que estuve de acuerdo en un 99%.
A continuación vino el turno de preguntas y, sin haber escarmentado en las otras tres ocasiones en que he estado en una presentación de este tipo, volví a sorprenderme con las preguntas de los otros padres. Se debatió largo y tendido sobre el menú del comedor. Se preguntó por el horario y el precio. Se preguntó por las extraescolares y los madrugadores (club de desayuno, lo llaman aquí). Se preguntó por la homologación del título. Se habló de hasta qué edades admitirían a los niños en el primer año por aquello de entrar en, digamos, tercero de primaria, sin idea de inglés. Se habló de si habría o no transporte escolar. (No salió la pregunta de si se lavaban los dientes después de comer, tema que centró la atención en otra de las presentaciones a las que asistí hace un par de años.) Todas las preguntas me parecen interesantísimas, claro que sí, pero como postre y no de primer plato. ¿No estábamos hablando de educación? Pues hablemos de educación y, si estamos de acuerdo, pues ya miramos a ver si comen pasta o pollo.
Durante todo el turno de preguntas yo andaba pensando si estos padres, cuando van a comprarse un coche, dedican todo ese tiempo a preguntar por si tiene radio, si tiene bluetooth para el móvil, si lleva los triángulos en el maletero, si tiene rueda de repuesto o qué colores tienen en stock. ¿No van a preguntar por los caballos del motor? ¿o si es gasolina o diesel? ¿o de cuántas plazas es?
Ya sé que cada cual valora lo que valora y todo es respetable, pero el discurso educativo tan coherente que se había hecho al comenzar, se diluyó en el aire inmediatamente. Y yo me preguntaba si nadie tenía curiosidad por esto que había contado de la enseñanza de las matemáticas, o del uso regular del laboratorio de ciencias desde la primaria. Y si nadie quería saber cómo ese discurso se plasmaba en la realidad del día a día. Y si nadie desconfiaba de la veracidad de esos apoyos y esa educación personalizada y respetando los ritmos. Y si nadie se preguntaba de dónde iban a sacar tantos a profesores británicos, motivados, empáticos, y fenomenalmente formados que compartieran el ideario y, además, quisieran vivir en Valladolid de manera estable...
Volví a sentirme un perro verde y esperé a que se fuera vaciando la sala para hablar con este señor de lo que, al parecer, sólo nos interesaba a nosotros dos (insisto, con todos los respetos al resto del personal, que no tiene por qué tener las mismas dudas que yo).
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo se puede generalizar, por supuesto. Y yo no digo que el sistema británico me parezca la panacea, cuidado. Lo que sí que veo es que el discurso cuadraba con lo que me había contado de su experiencia la madre de un chaval que va a este grupo de coles pero en Córdoba, y que sonaba bastante más respetuoso con el ritmo de aprendizaje y la motivación y la creatividad que el sistema español.
ResponderEliminarDe lo del cole más cercano... en ese está ahora mismo nuestro retoño, pero me cuesta darle la razón a un pedagogo, por eminente que sea :)
Estoy de acuerdo aunque viendo de cerca la educación inglesa he de decir que no es oro todo lo que reluce, ni mucho menos. Son expertos en grandes y rimbombantes presentaciones acerca de la educación ( y de casi todo) y luego incapaces de ponerlo en práctica. El sistema británico tiene elemnetos francamente odiosos como el de examinar a los niños a los 7 años y luego "clasificarlos" para el resto de su vida escolar (simplificando). Y luego está el trato frío, distante, hiper formal que se ve en muchos colegios....
ResponderEliminarCuando mis padres buscaban colegio para mi y mi hermano consultaron a un eminente pedagogo acerca del mejor colegio y su respuesta fue contundente e inmediata: "el que esté más cerca de tu casa". Demoledor
¿Tienes alguna referencia del colegio que hay en Tudela de Duero? Se llama Nobel, es un colegio americano. Su web es la siguiente: http://www.nobelasv.es/
ResponderEliminarHola Josune,
ResponderEliminarConozco a la directora y me parece que tienen mucha energía y las ideas bastante claras, pero no tengo demasiados datos. Me pasa que Tudela me queda demasiado lejos. ¿Alguien tiene más información?