lunes, 30 de mayo de 2011

Deberes III

Releyendo un artículo que me gustó hace tiempo, he encontrado un apunte sobre una escuela en Escocia que había abolido los deberes. Eso sucedió en 2004. He tirado de la hebra para dar con un artículo de 2005 donde hablan de que las notas del siguiente curso habían subido hasta en un 20% en mates y ciencias:

http://thescotsman.scotsman.com/education/Ditching-homework-adds-up-to.2615713.jp

En eso pienso cuando veo que vecinos de 5, 8 ó 10 años no pueden jugar con los amigos porque tienen deberes. O que juegan un rato, pero con la madre recordando de manera periódica que "en un rato te subes, que no has acabado los deberes". Ayer un vecino me hablaba de lo contentos que están con el cole de su hijo que, en 1o de primaria, tiene deberes cada día. Así se van preparando porque en 3o ya tienen examenes. Supongo que están preparando el cuaderno de verano para no perder la rutina.

Y reflexiono que, cuando tu casa no es un centro de alto rendimiento, o tu hijo ha perdido una semana de clases porque está malito, o cuando hay algo que se le atraganta, o cualquier otra parecida, pues es fantástico que refuerce en casa. Pero que cómo va un profe a poner deberes a quien los necesita. Es mucho más adecuado poner a todos por igual, no vayan los niños a pensar que hay diferencias entre ellos (como si ellos no supieran quién es el mejor en mates de su clase, o a quién le cuesta más, o quién corre más, o quién tiene buene memoria).

Muchos padres alegan con los deberes: "¡Pero si cuando se pone los hace en cinco minutos!" Y eso parece una justificación de su existencia. Pues mire usted: Si realmente eran cuatro tonterías para el niño y las hizo en cinco minutos, eso quiere decir que a su niño no le hacían falta esos deberes y no aprendió nada haciéndolos. Y si vamos a la construcción del hábito, es una tontería como una casa pensar que cinco minutos de trabajo puedan construir nada.

Que no. Que todavía nadie me ha convencido de las supuestas ventajas de los deberes.

6 comentarios:

  1. Yo no se si son necesarios lo deberes o no, desde luego cuando son pequeños no lo creo. Pero lo que está claro es que la enseñanza en las escuales no está funcionando.

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  3. No veo nada bueno en ir al colegio como al cine o al circo, van a crecer consumistas. Los deberes ayudan a mostrar que cosa es la disciplina y desarollarla un poco. No está mal para una persona que quiere lograr algo en la vida.Yo, cuando tengo pereza, recuerdo que en el colegio para mí no existía la expresión "no quiero hacer los deberes". Y me pongo a trabajar...

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  4. Como en todo, hay para todos.

    Tengo un hijo de 6 años que está terminando 1ero de primaria. El otro día me dijo: estoy muy contento con que voy a pasar a 2do. Sin pedirle explicaciones, me soltó ¿sabes por qué? Porque los deberes que me manden puede que me guste más hacerlos que los de este año. Le pedí que me explicara mejor y me dijo que creía que tendrían que ser más bonitos e interesantes que tener que hacer 24 sumas de números de 3 cifras o 24 restas de las mismas características o tener que escribir si el título y el autor del libro que se ha leido.

    Estos comentarios son muy cortos para describir lo que hemos pasado en casa con los deberes de mi hija de 3ero de primaria y de mi hijo de 1ero.

    El único argumento que he podido utilizar para animar a mis hijos con su carga ha sido que los deberes vienen de la palabra "deber", que hay que aprender en la vida que hay cosas que se hacen porque se "debe" y no porque se "quiere" o porque es divertido o emocionante. Les expliqué que la mejor enseñanza que podían sacar de esto es que hay que enfrentarse a lo que se "debe" con la mejor actitud e incluso intentar transformarlo en algo con lo que pueda disfrutarse. Y si no se consigue, aprender a hacerlo bien y lo más rápido posible para que nos sobre el tiempo para lo que nos emociona.

    Lo que soñamos es con una educación personalizada que atienda las necesidades de cada niño que permita reforzar al que lo necesita y emocionar con nuevos retos al que no, e incluso que puedan ser roles intercambiables según la materia. Pero el sistema educativo nos ha demostrado que no puede con ello.

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  5. Me encanta la motivación etimológica y, efectivamente, la enseñanza de los deberes acaba limitándose a esto que cuentas: "Niño: esto es un hay-que."

    Yo creo que esa enseñanza es muy necesaria y muy positiva para sobrevivir en cualquier sociedad y en cualquier cultura, pero también creo que hay muchos momentos y circunstancias que permiten hacerla. Cada mañana, va al colegio porque hay-que; se pone el cinturón en el coche porque hay-que; se baña porque hay-que; para de jugar por la tarde porque hay-que; se come la lechuga porque hay-que; se va a la cama porque hay-que... ¿sigo? El día de un niño, a la que nos paramos a pensarlo, está lleno de momentos en los que podemos enseñar esto.

    Generar a conciencia otro hay-que más, sólo para enseñarles a tolerar los hay-ques, no me parece necesario. Y peor aún me parece cuando ese hay-que puede generar un rechazo a hacer sumas de 3 cifras, o a leer, o a aprender en general. Yo nunca pondría a mi hijo 7 platos de judías verdes (que le gustan) para que aprendiera que, algunas veces, hay-que. Estoy tan segura de que no volvería a querer judías nunca más, que temo el efecto secundario de forzar los deberes. (Dejadme que vuelva a matizar que jamás estaré en contra de que un niño haga sumas en casa. Tantas como quiera. Tantas como esté disfrutando. Tantas como pueda necesitar para cogerle el tranquillo. Con guisantes, con bloques de lego, con los macarrones que quedan en el plato, con las monedas que te he dado, con lápiz y papel... Pero ninguna de las que matan el gusto por aprender.)

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  6. Me parece descabellado que a alguien se le ocurra ponerle deberes a un niño de educación infantil, casi me resulta impensable. Lo único que se me ocurriría serían cosas motivadoras como ideas para hacer en casa: como hemos aprendido la letra "a" recortad palabras de una revista que empiecen por "a", sin obligaciones, como motivación, si lo hacéis me lo traéis que lo compartimos.
    ¿Es necesario que se motive a esto desde el colegio? La respuesta es que sí
    desde el punto de vista de lo que tenemos: que no todos los niños viven en el mismo tipo de hogar y que de alguien debe provenir la motivación en ausencia de otro canal.

    Para un niño mayor, la mayoría de los "hay-que" ya se pueden explicar con porqués. Se pueden mantener charlas sobre las causas, los beneficios.
    Incluso algunos deberes de un niño mayor pueden llegar a explicarse
    no sólo como un deber que "hay-que" sino también como una orientación
    hacia el estudio diario que facilita el estudio y que evita los maratones
    de estudios "finalistas".
    No me considero una defensora de los deberes ni, en su caso particular, de los deberes iguales para todos en todo. Sin embargo, siempre hay algunos matices.

    Debo aclarar que, como escribí en mi anterior comentario, lo considero una limitación del sistema educativo que tenemos, que ha demostrado no estar preparado para poder con la enseñanza individualizada.
    Siempre me gustó mucho la aseveración "de cada cual según su capacidad a cada cual según su necesidad", que forma parte de la utopía.
    Paradójicamente, al final, la utopía resulta solamente realizable en
    colegios de élite o en colegios diferentes/especiales en algo: profesorado especialmente motivado, alumnado de ciertas características
    (grupos pequeños, o de procedencia similar).
    Lástima, se desvirtúa la utopía, que en su esencia y para seguir siendo
    utopía ..."era para todos".

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