sábado, 13 de julio de 2013

Como opinar es gratis...

Cuando mi hijo tenía 4 años viajó solo con su primo de 10 años desde Valladolid hasta Córdoba en tren. Como nuestro fantástico sistema de AVE no conecta en Madrid, buscamos a una cuñada que se encargó de recoger a la pareja del AVE en Chamartín y dejarla en el siguiente AVE en Atocha. Hubo algún "que-sí-que-no" con el interventor del segundo tren, que decía que llevaban el servicio de "menor no acompañado" pero sólo en uno de los tramos o ya no me acuerdo cuál era su pega, pero casi me los dejan a los dos allí en Madrid. Al final se resolvió.

Pero esto es un blog de educación, así que no creo que estés leyendo esta entrada para que yo te cuente mis problemas con el AVE. Voy a donde iba:

Días antes de ese viaje tuvimos un cumpleaños de uno de los amigos del niño y recuerdo cómo me llamaban intrépida (y pensaban "malamadre") algunas de las madres de aquellos niños de 4 años que jugaban y saltaban por allí. Yo, miraba a mi alrededor y de algunos de ellos pensaba "es que yo al tuyo no lo mandaría". Como ese que golpeaba el cristal de la puerta con una raqueta de tenis mientras se partía de la risa. Al imaginármelo solo en un tren, me daba algo. Yo sabía que mi hijo se iba a sentar en su sitio junto a su primo, que iban a comerse las chuches y las galletas, que iban a echar un vistazo a los libros (comprados nuevos y entregados por sorpresa para que durasen más),... vamos, que yo sabía que nadie se iba a enterar de que en ese vagón había dos niños solos. Y así fue. Mi hijo llamó excitadísimo desde Córdoba diciendo "mamá: lo hice todo perfecto". Ese día creció un año.

El año pasado lo llevamos hasta Madrid y sólo hizo el tramo Madrid-Córdoba. Con 5 años, sin primo y sin cuñada, no podíamos resolver el problema del empalme Chamartín-Atocha. De nuevo, llamada orgullosa desde Córdoba porque esta vez había sido solo-solo y "mamá: lo hice todo perfecto". No dudo que sólo su vecino de asiento (con quien me contó que había charlado un rato) supo que allí viajaba un niño solo.

Acabo de llamar a Renfe para comprar el billete. La señora dice que el sistema está bloqueado, pero que me confirma que hay 60 plazas en el tren que quiero. Le insisto en que, como es menor no acompañado, necesito saber cuántas de ese tipo le quedan (creo que son 4 por tren). Y, sin comerlo ni beberlo, cuando digo que el niño tiene 6 años, me dice que debería acompañarlo un adulto, que es imprudente (¡IMPRUDENTE!) mandar a un niño tan pequeño solo. He respirado hondo. Me he mordido la lengua hasta sangrar. He descartado las primeras veinte cosas que pasaban por mi cabeza. Sin cambiar de tono, le he dicho que cada uno sabe lo que tiene en casa y sabe si puede o no mandar a un niño con o sin acompañante en un tren. Como el sistema estaba bloqueado, no sé si hay plazas o no, no he podido comprar el billete,... y me he sentido insultada.

Total, como opinar es gratis...


2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo, opinar es gratis y quién así opina es probable que con toda su madurez a cuestas haya sido completamente imprudente más de una vez.
    Lo triste es que dentro de unos años, cuando vuelvas a comentar esta situación seguirás coleccionando entusiastas detractores de tus imprudentes decisiones. Te lo digo por experiencia y lo mejor es quién se atreve a juzgarte así, desde la vecina cuyos hijos saltan desde el tejado de la casa a la piscina del jardín hasta la amiga que no tiene hijos pero sabe bien como tienes que educar a los tuyos. Los adultos responsables seguirán siendo flores de invernadero.

    ResponderEliminar
  2. Olvidé comentar que el chavalín llegó a su destino. La foto que me mandó su padrino desde la estación de Córdoba era la de un niño mayor que mi hijo. Un niño de ojos brillantes, con una sonrisa orgullosa que le llenaba la cara.

    A los que se pregunten si no lo pasé mal, la respuesta es -supongo- la obvia: Sí. Tanto como cuando apenas gateaba y se acercaba demasiado a una esquina de una mesa. Tanto como cuando aprendía a bajar las escaleras con pasos titubeantes. Tanto como mi hermana cuando su hija mayor empezó a salir con las amigas por la noche.

    ResponderEliminar