Estoy dando clases en un máster que prepara a licenciados e ingenieros para ser profesores en Secundaria (el antiguo CAP). Como es una asignatura de informática y se me han matriculado informáticos, estoy teniendo mucho tiempo para discutir con ellos sobre educación y sobre cómo dar clase y me lo estoy pasando en grande.
El martes pasado, en uno de estos seminarios, echaban la culpa de manera casi unánime de gran parte del fracaso a los padres. A los chavales les faltan horas con sus padres y les sobran horas de tele. Los padres no se preocupan por la educación y piden que se encargue el sistema. Les compran el teléfono, les ponen internet, los dejan solos y luego se quejan de que se enganchan al tuenti... (Ya os imagináis el discurso.) Yo les dije que, como madre, oía en la puerta del cole el otro discurso, el de los padres echando las culpas a los maestros. Porque no trabajan suficiente, porque no se reciclan, porque no motivan... (Ya os imagináis el discurso también, ¿verdad?) Entonces, mis alumnos y futuros profesores intentaron echar balones fuera usando la política y las leyes de educación: que si los cambios legislativos, que si los ratios, que si los recursos... (Otro discurso conocido).
Intenté pasar del análisis de la situación a las propuestas para cambiar la situación. Y una y otra vez volvíamos a lo mismo: la culpa es de los otros. ¿Y qué podéis vosotros hacer en vuestras aulas por las que pasarán cientos de adolescentes? Y vuelta la cabra al monte: es que la sociedad, es que la tele, es que los padres...
No sé si lo conseguí, pero os prometo que hice un gran esfuerzo porque entendieran que "la sociedad" somos todos, como Hacienda. Y que padres y profesores son los que tienen una influencia más directa en los chavales y que de todos es la responsabilidad. Y no la responsabilidad de encontrar quién lo hace peor, que parecemos políticos en campaña, sino de encontrar la manera de empujar juntos para que "la sociedad" valore el esfuerzo, y apague las telebasuras, y respete el conocimiento, y quiera aprender. Y eso lo tenemos que hacer a pesar de los Políticos. A pesar de los recortes, de las reformas y las contrarreformas. Porque con la educación no se juega. Los políticos igual sí porque persiguen otros fines. Pero los padres y los docentes no. Porque mañana, "la sociedad" serán esos chavales que hoy están en clase. Y, si tras un esfuerzo titánico, 4 ó 5 de cada curso tienen una vida mejor gracias a algo que hicimos, y son mejores ciudadanos de lo que habrían sido sin nosotros, ya hemos hecho una gran labor y nos podemos ir más contentos a casa. A jubilarnos habiendo dejado doscientos mejores ciudadanos en las calles. Tampoco pido tanto. Hay que tener en cuenta que, si yo los convenzo de esto y ellos lo consiguen, mis 5 alumnos habrán sumado ¡1000 ciudadanos mejores!
Brindo por ellos y por sus éxitos, que serán los de todos.
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