lunes, 29 de abril de 2013

Sobre la libre elección de centro

Se supone que los padres pueden elegir libremente el centro en el que desean escolarizar a sus hijos. Digo "se supone" porque cada Comunidad Autónoma regula el proceso según le parece y entre zonas, puntos, distritos y sorteos, la realidad es algo más parecido a "diga usted lo que quiera, que yo le daré el que quiera yo".

Ha sido muy controvertida en Valladolid, por ejemplo, la aparición este curso de la zona única. Me han llamado especialmente la atención las críticas en la línea de que esta unificación crearía centros de élite y centros de segunda división, dando por supuesto que la gente "de pudientes" solicitaría los tradicionales concertados o algún público de más renombre y, no sé por qué extraño motivo, suponían que sólo entrarían estos. No he oído a nadie abogar por cómo esta apertura de zonas facilitaría a los niños de zonas más deprimidas asistir a un centro de esos de renombre. Como si los baremos no fueran públicos y no existieran justamente unos puntos por renta... pero ¡por escasez de renta y no lo contrario!

En cualquier caso, aparte del renombre y la tradición, los datos de los que una familia normal dispone para elegir centro son realmente tristes. Incluso mirando los dípticos y las páginas web de los centros, las informaciones de las que tirar son: ubicación y horarios. Es algo así como que uno debe elegir el colegio que mejor se ajuste a su logística. Y le cuentan si tienen abierto desde las 7 de la mañana, y si tienen comedor de tal a cual, y si hay extraescolares hasta las pascual y permanencia hasta las mil. Algunas veces, hablan de lo que hacen el día del libro, o de la virgen, o de una excursión. Si las instalaciones son nuevas o bonitas, un par de fotos del gimnasio. Y los que tienen bachillerato, presumen de su 99 ó 100% de aprobados en Selectividad (sí, siempre es 99 ó 100%).

En esta búsqueda andaba yo cuando ví que, incluso si te entrevistas con el director personalmente, el discurso que trae más preparado es ese mismo, el que yo resumo en "la logística". En algún centro le han dicho a una amiga que "en la cuestión educativa, este centro es esencialmente como todos". Y lo cierto es que es bastante acertado el dictamen: uno tras otro, queda la sensación de que todos tienen un sistema similar, un profesorado similar, unos recursos similares... ¿de qué me sirve entonces poder elegir? Como padre, igual que todos los padres, sé que mi hijo no es "similar" al resto, que tiene sus gustos, sus maneras, sus retos. Sé cuál es la motivación que hará saltar la chispa en mis hijos y sé que es distinta entre ellos, y distinta a la del vecino, y a la del otro vecino. Si los niños no son todos similares, ¿por qué los centros sí?

Lo peor es que no creo que sean tan tan tan similares, sino que hacemos también un esfuerzo porque lo parezcan. Si yo pudiera, antes de empezar el periodo de solicitudes, obligaría a los centros a publicar datos. Muchos datos. Por poner unos cuantos ejemplos:
  • Tipo de enseñanza (libros de texto / proyectos / mixto)
  • Materias prioritarias (lengua-mates / inglés / música / otras) -- y no vale marcar más de una --
  • Si hay sección bilingüe o el centro dice ser bilingüe, número de profesores nativos y nivel de inglés de los que no lo son.
  • Horas de deberes que una encuesta (fiable) determina que tienen en cada curso
  • Número de profesores que han pedido traslado a otro centro en los últimos 5 años
  • Número de alumnos que han pedido traslado a otro centro en los últimos 5 años
  • Número de alumnos con necesidades educativas especiales y número de profesores que atienden esas necesidades
  • Resultados en pruebas estandarizadas. Este es bien controvertido, pero me explico: Digamos que me dicen que tienen un fantástico equipo de baloncesto pero que no me van a enseñar la vitrina con todos los trofeos que han ganado. Porque claro, si me la enseñan, están discriminando a los centros que no tienen un equipo igual de bueno. ¿A que sería raro? De hecho, todos los coles que son buenos en deporte, tienen esta vitrina en la sala/pasillo donde los futuros clientes pueden verlo. Pues bien, si usted me dice que va a enseñar a mi hijo tal o cual cosa, yo quiero saber si usted lo va a hacer mejor o peor que otros. Y una prueba estandarizada no me va a dar EL dato, pero me va a dar UN dato. Como cliente, un dato más y muy valioso.

En la entrevista personal con el director, centraría la conversación únicamente en cómo es el niño, cómo es su familia, cómo es el colegio y si unos y otros, en su singularidad, se pueden adaptar a convivir durante 9 (Infantil+Primaria), 13 (+Secundaria), o 15 (+Bachillerato) años juntos. Que se dice pronto.

Y si todo esto me conviene y me convence, señores, entonces veré si el precio de la "aportación voluntaria" me convence. Y entonces miraré si puedo o no compaginar la logística familiar. Y miraré si las extraescolares le molan al chaval. Y si necesito o no programa de madrugadores. Pero mi decisión tiene que ir de lo que quiero para mi hijo, a lo que mi logística me permite.